EL MUNDO GLOBALIZADO
¿Por qué hablar
de un mundo globalizado como una estructura moral? Porque en la actualidad la globalización
no permite que la realidad humana sea ordenada a partir de principios
nacionales, mitos o relatos.
Esta nueva
realidad se ha logrado a partir del control de los medios de comunicación que,
en el surgimiento de la sociedad de mediados del siglo XX hasta nuestros días,
han obstaculizado una colectividad
consciente de sí misma, que fomente sus tradiciones, su cultura, su cosmovisión,
la necesidad de conocimiento teórico-práctico real. Por el contrario se ha
provocado caos, complejidad y énfasis en los intereses de las clases
dominantes. La globalización no parece haber llegado a objetivos racionales, ni
de igualdad, de progreso encaminado al bien común.
El problema de
los contenidos de los medios de comunicación es evidente: la gran mayoría de
los medios difunde noticias amarillistas, programas de televisión enajenantes,
de contenidos superfluos o poco fundamentados, y en revistas especializadas con
costos no accesibles al común de la gente, quienes se conforman con lecturas
menos costosas que fomentan estereotipos estéticos, deportivos o de
personalidad, que sólo provocan existencias vacías, desorientadas y resentidas.
La justificación de tales medios es que buscan entretener al público no educar.
Algunas personas
opinan que el problema, no está en los medios de comunicación, sino en los
padres y su forma de educar a sus hijos. Lo que si es cierto es que la reflexión
sobre los medios masivos de comunicación debe ser más profunda, pues se debe
pensar primero en la situación de las sociedades contemporáneas.
Otro de los problemas
más evidente derivado de la globalización, es la uniformidad de la cultura, se
han unificado los gustos y ha aplastado las culturas regionales, donde la justificación
más común es la amplitud de elecciones para el consumo y
que no va más allá del beneficio del consumidor. Lo cierto es que muchas
costumbres se han suprimido por el acaparamiento de otras tecnologías y
tradiciones de los países de primer mundo, los cuales tienen un inmenso poder
de influencia sobre las demás naciones que intentan imitar sus acciones.
Como seres en
una cierta circunstancia, nuestra responsabilidad es enterarnos de estos
distintos dilemas a los que la globalización nos enfrenta. De esta manera, al
reflexionar sobre el nuevo orden mundial debemos pronunciarnos en favor o en
contra de esta tendencia, debemos elegir lo mejor para la sociedad presente y
futura.



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